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Rainmaker

Témpano y el Fin de la Infancia

Témpano y el Fin de la Infancia Temas
1. Tres
2. Timorato
3. Lugar de Casas Nuevas
4. Sin Retorno
5. Grillos
6. El Fin de la Infancia
7. Escape para el Hombre Común
8. En la Vía





Integrantes
- Giuglio Cesare Della Noce: sintetizadores, piano
- Miguel Ángel Echevarreneta: bajo, guitarra clásica
- Pedro Castillo: guitarras eléctricas y acústicas, sintetizador, voz
- Gerardo Ubieda: batería, percusión

A fines de los 90, al mismo tiempo que aparece la edición expandida en CD de su primer disco Atabal-Yemal, la banda venezolana Témpano recuperó su formación original y se decidió a reencontrarse con sus raíces progresivas tras un largo período de hibernación que les llevó a la creación de un pop-rock de tendencia descaradamente comercial.

Como lo demuestra Childhood’s End (2000), el primer disco del grupo para esta etapa de renacimiento, su ingenio musical, fuerza expresiva y versatilidad sonora han aumentado en proporción geométrica. No somos pocos quienes consideramos este disco como una cumbre definitiva de su carrera, a pesar de que Témpano ha continuado proyectándose en 2002 con un maravilloso álbum de concepto como lo es The Agony and the Ecstasy y con diversas composiciones para proyectos individuales o de agrupación con otros músicos del sello discográfico francés Musea. Este disco es un conjunto estupendo de sonoridades sinfónicas, crimsonianas, jazzísticas y vanguardia de corte RIO.

El cuarteto cuenta en esta ocasión con un colaborador de lujo como lo es el cellista de After Crying Peter Pejtsik, quien aporta algunas ideas para la composición de la breve pieza inicial “Tres”. Conectado a este prólogo, está el enérgico tema “Timorato”, en el que se destacan los retazos frippianos de guitarra, sólidamente desplegados sobre una robusta sección rítmica y orquestaciones de teclado y cello. Con “Lugar de Casas Nuevas”, el grupo se dirige hacia senderos más preciosistas, creando un ambiente en el que se cruzan la candidez del Camel más clásico con la exquisitez peculiar de un Happy the Man. La labor compositiva aquí es peculiarmente minuciosa e irresistiblemente llamativa. Reincidiendo en lo lírico pero más asentado en un rock sencillo ligeramente adornado con elementos de jazz, está “Sin Retorno”, de las pocas piezas cantadas del disco (posteriormente, en The Agony and the Ecstasy habrá un poco más de espacio para temas cantados) y hay que hacer una mención especial a los efectivos solos de guitarra, cargados de sensibilidad melódica pero con suficiente buen gusto como para no caer en lo meloso.

En “Grillos” encontramos a la banda dispuesta a explorar concienzudamente sus inquietudes más jazzísticas, creando un paisaje sonoro cálido en el cual las influencias de Pat Metheny y Happy the Man confluyen en un matrimonio sonoro consistente y dinámico.

A partir de aquí tenemos que prepararnos para el festín de casi 25 minutos que conforma la ambiciosa pieza que da título al álbum: una suite de 8 partes que derrocha complejidad, variedad y fineza en sus máximas expresiones. El ensamble realiza un maratónico viaje a través de múltiples variantes en melodías, compases y texturas, dejando claro que su operatividad en conjunto funciona compactamente al 100 %, sin fisuras ni desequilibrios. El cuarteto maneja con soltura e ingenio las evidentes huellas de Univers Zero, Gentle Giant, el King Crimson de la etapa 73-75, Yes, After Crying, Vytas Brenner,... Parece mentira, casi irreal, que pasajes musicales tan perturbadores como son casi todos los que pueblan esta suite puedan portar un lirismo tan bien elaborado. Las secciones más reposadas (incluyendo la única con letra), por su parte, portan una cualidad ensoñadora que permite a las notas flotar casi literalmente en el éter. “El Fin de la Infancia” es, en pocas palabras, una de las composiciones más sublimes de toda la historia del rock progresivo latinoamericano. Al disco le faltan todavía dos temas que deben cargar con el peso de la suite sobre sus espaldas, pero lo hacen con mucha prestancia. “Escape para el Hombre Común” combina disonancias refinadas muy del estilo de Gentle Giant con la vibración del jazz y adornos etéreos inspirados en la vena más intimista de Happy the Man. Por su parte, “En la Vía” ofrece un epílogo sereno basado en las evocaciones introspectivas creadas por el piano y la guitarra sobre una base de jazz bastante cálida.

Para concluir, Childhood’s End es una obra maestra: una de muchas obras musicales espléndidas gestadas por Témpano para engalanar las colecciones privadas de los más exigentes melómanos progresivos.


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